Acerca del suicido en los adolescentes
El suicidio es quitarse la vida intencionalmente. La muerte de una persona joven por una gran frustración o desesperanza es devastadora para la familia, los amigos y la comunidad. Los padres, los hermanos, los compañeros de clase, los entrenadores y los vecinos tal vez se pregunten si podrían haber hecho algo para impedir que esa persona joven se suicidara.
Si está preocupado por su hijo adolescente o por otro niño, tome el asunto en serio y hable con ellos inmediatamente. También puede aprovechar los siguientes recursos las 24 horas del día, los 7 días a la semana:
Línea de la Esperanza Nacional para prevenir el Suicidio en los Estados Unidos: llame al 1-800-273-8255 o envíe el mensaje de texto «CONNECT» al 741741. También puede comunicarse con ellos a través de su sitio.
Línea de la Esperanza Trevor para la comunidad LGBTQ: 1-866-488-7386 o envíe el mensaje de texto «START» al 678678. También puede comunicarse con ellos a través de su sitio.
Estas líneas gratuitas cuentan con personal entrenado para ayudar. Las llamadas son absolutamente confidenciales. Si es necesario, llame al 911 para recibir ayuda inmediata.
Aviso: En el año 2020, la FCC estableció el número 988 como el nuevo número nacional, de 3 dígitos, para que todos los americanos que estén atravesando una crisis puedan comunicarse con psicólogos especializados en crisis de salud mental y prevención de suicidios. El 16 de julio de 2022, a más tardar, todos los proveedores de servicios telefónicos deben dirigir las llamadas al 988 a la Línea de la Esperanza Nacional para prevenir el suicidio en los Estados Unidos.
¿Por qué los adolescentes piensan en el suicidio?
Saber más acerca de lo que puede llevar a un adolescente a suicidarse tal vez ayude a prevenir futuras tragedias.
Los motivos detrás del suicidio o de un intento de suicidio de un adolescente pueden ser complejos. Si bien es relativamente raro que un niño se quite la vida, la tasa de suicidios y de intentos de suicidio crece enormemente durante la adolescencia.
De acuerdo con los Centros para la Prevención y el Control de las Enfermedades (CDC), el suicidio es la tercera causa de muerte entre jóvenes de 15 a 24 años, detrás de los accidentes y los homicidios.
También se cree que por cada suicidio adolescente hay muchos más intentos de suicidio.
El riesgo de suicidio se incrementa enormemente cuando los niños y los adolescentes tienen acceso a armas de fuego en el hogar, y cerca del 60% de todos los suicidios de los Estados Unidos son cometidos con un arma de fuego. Es por eso que, si hay armas de fuego en el hogar, deben estar descargadas, bajo llave y fuera del alcance de los niños y los adolescentes.
Las sobredosis con medicamentos de venta libre, con receta y sin receta también son un riesgo muy común para los intentos de suicidio y los suicidios. Es importante controlar atentamente todos los medicamentos que hay en el hogar. Debe saber que los adolescentes intercambian diferentes medicamentos con receta en las escuelas y los llevan (o los almacenan) en sus mochilas o sus casilleros.
Las tasas de suicidio son diferentes entre los muchachos y las muchachas. Las muchachas piensan en suicidarse e intentan suicidarse con una frecuencia dos veces mayor a los muchachos y suelen intentar suicidarse con una sobredosis de drogas o cortándose. Sin embargo, la frecuencia de muertes por suicido en los muchachos cuadruplica la de las niñas. Los expertos creen que esto se debe a que suelen usar métodos más letales.
¿Qué adolescentes están en riesgo de suicidarse?
Es posible que le resulte difícil recordar cómo se sentía ser adolescente, atrapado en esa zona gris entre la niñez y la adultez. Sin lugar a dudas, es un momento de grandes posibilidades, pero también puede ser un período de estrés y preocupaciones. Se siente la presión de encajar socialmente, de tener un buen rendimiento académico y de actuar de forma responsable.
La adolescencia también es un tiempo de relaciones e identidad sexual y existe una necesidad de independencia que suele entrar en conflicto con las reglas y las expectativas de los demás.
Las personas jóvenes con problemas de salud mental, como ansiedad, depresión, trastorno bipolar o insomnio, tienen más riesgos de tener pensamientos suicidas. Los adolescentes que atraviesan grandes cambios en sus vidas (el divorcio de sus padres, una mudanza, la partida de uno de los padres debido al servicio militar o la separación de los padres, los cambios económicos) y quienes son víctimas de acoso escolar tienen más riesgos de tener pensamientos suicidas.
Las cosas que pueden incrementar el riesgo de suicidio entre los adolescentes incluyen las siguientes:
un trastorno psicológico, en especial la depresión, el trastorno bipolar y el consumo de alcohol y drogas (de hecho, aproximadamente el 95% de las personas que fallecen debido a un suicidio tienen un trastorno psicológico en el momento de su muerte)
sentimientos de angustia, irritabilidad o nerviosismo
sentimientos de desesperanza e impotencia, que suelen estar acompañados de depresión
un intento de suicidio anterior
antecedentes de depresión o suicidio en la familia
abuso sexual, emocional o físico
falta de una red de apoyo, malas relaciones con los padres o sus pares, y sentimiento de aislamiento social
problemas con la identidad de género o la sexualidad en una familia o una comunidad que no da apoyo
¿Cuáles son las señales de advertencia detrás de un suicidio?
Los suicidios en los adolescentes suelen ocurrir después de un acontecimiento estresante, como problemas en la escuela, el fin de una relación con un novio o una novia, el fallecimiento de un ser querido, un divorcio o un grave conflicto familiar.
Los adolescentes que están pensando en el suicidio tal vez hagan lo siguiente:
hablar sobre el suicidio o la muerte en general
dar a entender que tal vez ya no estén aquí mucho tiempo
hablar sobre sentimientos de desesperanza y de culpa
alejarse de los amigos o la familia
escribir canciones, poemas o cartas sobre la muerte, la separación y la pérdida
comenzar a regalar posesiones muy queridas a sus hermanos o amigos
perder el deseo de participar en sus actividades favoritas
tener dificultad para concentrarse o pensar con claridad
sufrir cambios en los hábitos de alimentación y de sueño
comenzar a tener comportamientos de riesgo
perder el interés en la escuela o los deportes
¿Qué pueden hacer los padres?
Muchos adolescentes que se suicidan o intentan suicidarse advirtieron de alguna manera a sus seres queridos. Por eso, es importante que los padres sepan cuáles son las señales de advertencia para que los adolescentes que quizás tengan pensamientos suicidas puedan recibir la ayuda que necesitan.
Si bien no siempre es posible prevenir un suicidio, siempre es conveniente estar informado y tomar medidas para ayudar a un adolescente atormentado.
Algunos adultos creen que los niños o muchachos que dicen que se van a lastimar o quitar la vida «solo lo hacen para recibir atención». Es importante darse cuenta de que si se ignora a un adolescente que está buscando atención, las probabilidades de que se autolesione son mayores.
En general, los adolescentes no quieren recibir atención bajo la forma de visitas a la sala de emergencias, citas con los médicos y tratamientos en instituciones de salud mental; salvo que estén gravemente deprimidos y pensando en suicidarse o al menos deseando estar muertos. Es importante ver estas señales de advertencia como graves y no como un «pedido de atención» que se puede ignorar.
Observe y escuche
Observe atentamente a un adolescente deprimido y retraído. Comprender la depresión en los adolescentes es muy importante porque puede ser muy diferente de las creencias comunes acerca de la depresión. Por ejemplo, puede darse como problemas con los amigos, las calificaciones, el sueño o como mal humor o irritabilidad en lugar de tristeza crónica o llanto.
Intente mantener abiertos los canales de comunicación y exprese su preocupación, su apoyo y su amor. Si su hijo adolescente le confía sus problemas, demuéstrele que toma en serio sus preocupaciones. Tal vez, una pelea con un amigo a usted no le parezca tan importante, pero para un adolescente puede ser algo tremendo y agotador. No minimice ni ignore lo que le pasa a su hijo adolescente porque esto puede aumentar su sentimiento de desesperanza.
Si su hijo adolescente no se siente cómodo para hablar con usted, sugiérale una persona más neutral, como otro pariente, un integrante del clero, un entrenador, un consejero escolar o su propio médico.